Magdalenas fáciles
Si me dan a elegir, prefiero las magdalenas esponjosas y suaves, pero a la vez que sean fáciles y rápidas de hacer, y creo que con esta receta se consiguen precisamente todas estas cosas. Si tienes 5 ingredientes, tienes unas magdalenas super fáciles en 20 minutos.
El truco no consiste en batir demasiado la mezcla para incorporar aire, sino calentar ligeramente en un baño María la leche y la mantequilla, así como la mezcla de azúcar y huevo. Realmente no medí la temperatura de la mezcla de la leche y la mantequilla, ni la mezcla de huevo y azúcar, es una estimación aproximada, así que no tenéis que compraros un termómetro.
También el tipo de azúcar es importante. Aquí solo tenemos 3 tipos: moreno, blanquilla y glas, pero existen más variedades. Y la que necesitamos en esta receta es un tipo de azúcar que tiene la textura entre el blanco y el glas. Para poder hacerlo, no tenemos más que triturar unos segundos el azúcar con un molinillo.
Una vez fuera del horno, para que las magdalenas no se contagian y se bajen, las tenemos que poner boca abajo. Seguro que no puedes esperar a que enfríen completamente. La textura es exactamente lo que quiero, suave y esponjosa.
Ingredientes para 16 magdalenas:
- 4 huevos
- 120 gr de azúcar
- 120 gr de harina de repostería (viene con levadura incorporada)
- 30 gr de mantequilla sin sal
- 50 ml de leche entera
Preparación
Añadimos la mantequilla y la leche en un recipiente resistente al calor, y lo ponemos encima de otro recipiente al que habremos añadido agua caliente. Lo que queremos es que los ingredientes se calienten hasta que lleguen aproximadamente a los 50 grados.
Tamizamos la harina y precalentamos el horno a 180º C con calor por arriba y por abajo. Ponemos una bandeja para magdalenas con sus respectivos moldes de papel.
El azúcar que necesitamos es el Caster o Castor lugar, un azúcar que se utiliza mucho en repostería en Reino Unido, y que se caracteriza por tener unos cristales más finos que el azúcar normal de aquí. Como no es fácil de encontrar, vamos a hacerlo triturando el azúcar con un molinillo de café, hasta que se reduzca el grano, pero sin que quede con la textura del azúcar glas.
Batimos los huevos en un recipiente y añadimos el azúcar. Colocamos esta mezcla sobre agua caliente hasta que adquiera la temperatura corporal.
Retiramos el recipiente del calor y batimos los huevos con unas varillas eléctrica hasta que la mezcla quede cremosa y se ponga de un color pálido.
Incorporamos la harina tamizada en 3 veces, mezclándolo con una espátula suavemente. Una vez que no haya ningún rastro de harina en la mezcla, vertemos la mezcla de mantequilla derretida y leche, y lo volvemos a mezclar suavemente con una espátula.
Vertemos esta mezcla en cada molde de papel hasta llenar sus 2/3 partes. Lo introducimos en el horno precalentado y dejamos que se hornee de 12 a 13 minutos antes de sacarlas para que enfríen.